sábado, 19 de marzo de 2011

La aventura coge fuerza: ¡tierra a la vista!

Para poder realizar su viaje Colón tenía que conseguir dinero, naves y una tripulación. Para ello se presentó ante la corte española. En un principio el Real consejo denegó su petición pero él insitió y consiguió hablar cara a cara con la mismísima reina Isabel, quien se interesó rápidamente por los planes de Colón pero aún así lo rechazaron,
Tuvo que esperar varios años y ser persistente, para que al fin a su proyecto lo dieran por válido.

Por fin, finalizados todos los preparativos, la expedición salió de Huelva el 3 de agosto de 1492, con las carabelas La Pinta y La Niña, y la nave Santa María, con una tripulación de unos 90 hombres.
Hizo una primera parada en las Islas Canarias para hacer unos cambios de última hora en la carabela La Pinta.

La expedición no resultó fácil para nadie y durante la misma hubo varios conatos de motines debido a lo mucho que estaba durando el viaje sin ver por ningún lado tierra. Hasta tal punto era el cansancio y el descontento de los tripulantes, que el 10 de octubre decidieron que solo iban a esperar 3 días más como mucho para ver si llegaban a avistar tierra, porque sino regresarían a España.

El 12 de octubre, cuando la tripulación ya estaba inquieta por la larga travesía sin llegar a ninguna parte, el grumete Rodrigo de Triana dio el famoso grito de: "¡tierra a la vista!".

Llegaron a una isla llamada Guanahani a la que rebautizó como «San Salvador», en el archipiélago de las Bahamas.

También desembarcó en la isla de Cuba y en La Española. En las orillas de ésta, a finales de diciembre del 42 se hundió la Santa María. Sus restos fueron usados para construir el Fuerte de la Navidad, constituyendo así el primer asentamiento español en América.

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